El excanciller de Italia, Paolo Gentiloni, designado este domingo como nuevo jefe del gobierno, es un hombre tranquilo y reservado, que forma parte desde joven de la izquierda moderada y proviene de una ilustre familia de intelectuales y aristócratas.
El ministro de Relaciones Exteriores del gobierno saliente, de 62 años, es un hombre leal al ex primer ministro Matteo Renzi, al que rindió homenaje tras su nombramiento.
"Merece respeto su coherencia", declaró al mencionar la renuncia de Renzi tras perder ampliamente el referéndum de la semana pasada sobre la reforma constitucional.
Además de la lealtad y moderación demostrada en su larga trayectoria política, la designación de Gentiloni llega en un momento delicado debido a los numerosos compromisos internacionales de Italia para los próximos meses.
Apreciado por sus homólogos extranjeros, Gentiloni fue el primer canciller de un país de la Unión Europea que visitó Cuba (2015) para ofrecerle al gobernante Raúl Castro el apoyo de Italia para la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Periodista graduado en Ciencias Políticas, forma parte del grupo fundador del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), actualmente en el gobierno y que, tras el referéndum de la semana pasada, se encuentra profundamente dividido.
Descendiente de la noble familia del conde Ottorino Gentiloni, recibió una educación católica, aunque de joven militó en el movimiento de izquierda maoísta, para luego iniciar una larga carrera dentro del sector más moderado de la izquierda, como colaborador en la década de los 90 del alcalde de Roma, Francesco Rutelli, y en los años 2000 del primer ministro Romano Prodi, fundador del movimiento El Olivo, siendo su ministro de Comunicaciones (2006-2008).
Nacido y criado en Roma, estudió en un conocido colegio público de la capital, trabajó en varias publicaciones políticas, entre ellas "Pace e Guerra", y fue director de la publicación mensual del movimiento ecologista Legambiente "La Nuova Ecología".
En los años 90 abandonó la prensa escrita para pasar a ser portavoz de la alcaldía de Rutelli, con el que tuvo a cargo la delicada organización del jubileo del año 2000.
Sucesivamente fue elegido en el Parlamento, donde era considerado un experto en comunicaciones.
En el 2012, intentó llegar a la alcaldía de Roma, pero quedó en el tercer lugar durante las primarias, una derrota lamentada por sus aliados, pero que le sirvió posteriormente para llegar a ser canciller de Italia en el 2014.
A nivel europeo, ha defendido firmemente la política solidaria y humanitaria de Italia de cara a la crisis migratoria y mantiene excelentes relaciones personales con el canciller ruso, Sergei Lavrov, así como con su homólogo de Estados Unidos, John Kerry, ambos presentes en Roma la semana pasada para un encuentro oficial en la cancillería.
Discreto, algo tímido, con cabellos grises desde joven, está casado con una arquitecta, no tiene hijos y, según la prensa italiana, ama la ópera, los buenos vinos, la lectura y el tenis.