Un informe de la organización Cuban Prisoners Defenders (CPD) asegura que la separación forzosa de los médicos cubanos considerados "desertores" por el gobierno, provoca discapacidades emocionales a sus hijos y a toda la familia.
Más de cinco mil familias sufrirían actualmente estas sanciones.
De acuerdo con la investigación, la decisión del régimen de La Habana de mantener separados a padres e hijos, durante ocho años, ha originado problemas de salud mental, estrés traumático, tendencias suicidas, y discapacidades físicas y psicológicas graves, entre otros problemas.
Uno de los afectados es el Dr. Leonel Rodríguez, que en 2018 decidió no regresar a la isla tras denunciar por corrupción a la jefa de la misión en Ecuador.
"No es constitucional que se me prohíba entrar a mi país. Soy un profesional de la salud, que no he hecho daño a nadie jamás. Es inaudito que el gobierno cubano se tome la atribución de no dejarme entrar", dice a Radio Televisión Martí desde Ecuador.
Su hija menor, de 16 años de edad, padece una discapacidad intelectual que le impide leer y escribir.
"Desde que ya no he podido estar con ella, su situación de enfermedad se ha ido agravando. De tal manera que está muchísimo más distraída, más inquieta, con un nivel de desorientación mayor", explica el especialista en Medicina Interna.
CPD recuerda que las leyes cubanas impiden la reunificación familiar de padres e hijos durante un mínimo de ocho años.
"Todo esto ha devenido un desastre psicológico y espiritual, que no solo ha afectado a los niños, sino a la familia entera", afirma el Dr. Leonel Rodríguez.
Según el informe de CPD, "cada año se condena a cientos o incluso miles de menores a la separación familiar de sus progenitores, para castigar a los padres profesionales que se desvinculan del trabajo forzado de las misiones".